viernes, 17 de diciembre de 2010

Lo mejor del 2010

En un año con muchísimas noticias que han destacado en los medios de comunicación y la opinión pública, tanto a nivel local, nacional e internacional, el 2010 va terminando. No pasa nada, empieza el 2011 y seguimos, pero, ¡qué año!
El bicentenario de la independencia y centenario de la revolución mexicana, las elecciones locales y que en Puebla y Oaxaca perdió el PRI, la Virgen de Guadalupe que también está en la Catedral de San Patricio,, las detenciones de jefes narcos, WikiLeaks, el mundial de fútbol –pero, ahora sí que, de eso más vale olvidarse–, el auto-intento de golpe de Estado fallido en Ecuador, Obama que finaliza la guerra en Iraq pero pierde las elecciones, los mineros de Chile, se nos fue Monsi y Kirchner, etcétera, etc. De todo pasó este año, y valdría la pena recopilar notas con los momentos culminantes del 2010.
Me preguntaban cuál es, para mí, el momento más espectacular del año, en términos periodísticos. Por eso el motivo de esta columna, aclaro.
“Uno de ellos, a mi juicio, fue el libro de George W. Bush”.
“¿Qué?”
“Sí, el libro de memorias que sacó George Bush; ¡qué momento!”, dije.
Bueno, hablando en serio, no que desprecie el libro de Bush, pero hubo cosas mejores o más noticiosas que esa, sin duda.
“Una muy buena noticia de este año fue Wikileaks, pero está muy trillada”, pensé en voz alta. Así que pensé en voz baja, rasqué un poco y encontré una de esas noticias que luego tendemos a olvidar: que WikiLeaks no fue noticia.
“Pero no dices que esa está muy trillada y que, además, no es noticia”.
“Es verdad”, le digo al que me preguntó cuál era la noticia más importante del año.
La verdad que no tengo la más pálida idea, de cuál es la noticia del año para mí. Quizá que Paul McCartney vino a México y lo fui a ver y que fue una cosa de locos, pero bueno, eso es un poco subjetivo, lo sé y se lo digo a todos. Así que no sé qué fue lo mejor del 2010, que aparte todavía no se acabó.

lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Y el mes especial por la (R)evolución?

… no perate Peso, nomás una copita… de a de veras mano, una y ya… nooo, no la chingues Peso, jajaja… es que además estos cuates son rete bárbaros y no se quieren ir hasta que no quede nada… de la chamba te digo, ¿qué te crees?… ah no pues sí, es que noviembre pasó volando, pero al caso que la revolución no duró sólo ese mes, güey, así que no hay pedo y podemos seguir con el tema si se nos pega la gana, ya ves que cuando a uno se le hincha un huevo rajarse un pedo, ora sí que no pedo y te lo rajas, pos lo mismo, así que en esas andamos y no te agüites mano… neta, pues ahí hay dos que tres buenas sobre Pancho Villa y, pus, de los hermanos Serdán… no sí, ya sé, güey, nos van a mandar a la chingada si no le metemos onda al pedo, pero aguántala que oritita mero se está armando una columna bien chida, una historia del Rock y más cosas que ahorita no sé bien qué onda, ¿sale?... Peso… güey, ¿estás ahí?... bueno, Peso…   

sábado, 20 de noviembre de 2010

Las cartas entre Villa y Zapata

Fue en Nuevo México, Estados Unidos, donde en 1975 un historiador descubrió buena parte de la correspondencia escrita entre Villa y Zapata. Pero es recién ahora, con motivo del centenario de la revolución, que en México por fin aparece parte de esa correspondencia.
“Es un libro a todo dar”, calificaron varios críticos de libros, “porque nos deja saber un poco más sobre la revolución y sobre los dos personajes más queridos por el pueblo mexicano”.
El autor del libro, Armando Ruíz Aguilar, dice que es la primera vez que aparece material como el que él presenta en la feria del libro de Guadalajara. El autor se jacta de que el suyo no es el típico libro que trata el tema de siempre: “de si a Pancho Villa le gustaba la nieve de fresa y a Zapata el pipián poblano”, dice el autor. Nosotros los ignorantes que hacemos la guerra es un libro distinto. Pero lo publicado en el libro, aunque es muchísimo material, no trae la correspondencia que el investigador americano no vendió; ¿o acaso creen que el gringo iba a vender todo, es decir, quemar todos sus cartuchos de una vez?
Lo que se publicó, la correspondencia que aporta nuevo material para la interpretación de la revolución, es mucho. Quizá lo más interesante es lo que fue anotado por Pancho Villa en un papel de estraza. Es poco y dice así:
"Hemos decidido no quemar un cartucho más con los mexicanos y prepararnos y organizarnos debidamente para atacar a los americanos en sus propias madrigueras".
Revelador, sin duda. "En realidad", dice el autor sobre esa cara en particular, "Zapata nunca la respondió".

“That’s what he thinks”, nos reveló en un estricto off the record el sobrino no reconocido del historiador oriundo de Columbus, NM, que encontró la correspondencia pero no la vende toda.
“Zapata did answer, but Villa ignored what the leader of the revolutionary forces of the south told him in that letter”, cuenta el sobrino, que, obviamente, también es gringo. “There are also letters in which Pacho Villa reveals to Zapata some secrets that no one knew about his plans; for instance, there is this rumor around the invasion to US soil that scholars always forget, you know; that Pancho Villa told to Zapata that, since he had no proper response to the letter now published, he would have to think that Zapata was as lazy as any other southerner and, therefore, he would have to move on without Zapata's men”.
Así es, entre las muchas cartas que no se publicaron y que todavía no se venden, están las cartas en donde Villa le dice a Zapata que él cree que hay que olvidarse de las internas y atacar los Estados Unidos, "so the divided armies that, at the time, co-existed in Mexico could smoke the pipes of peace for once and come together", dice el sobrino del tipo que tiene buena parte de las cartas todavía sin vender.

Entre esa correspondencia que el libro de Ruíz Aguilar no tiene, está la que hace referencia a la invasión a los Estados Unidos pero de una forma ampliada. Es una correspondencia inédita entre Villa y Zapata y va así:

"Mi querido Panchito: nosotros no vamos a pelearnos con los gringos, ya que a fin de cuentas son los que nos venden las armas a precio amigo. Por eso, ten cuidado con lo que haces y piénsalo bien, porque si te lanzas, lo haces solo. EZ".
"Pos de que lo pienso y lo pienso, y por si sí o por si no, a mí no me quedan dudas que eres medio puñal, pinche Emiliano. A la raza no se la abandona, y ni a tu servidor y a su raza le gusta que tú no quieras mover los refuerzos pal norte porque no sé que transa tú con los gringos. No mi amigo, eso no se hace… Así que voy a hacer como que no leí lo que me mandas en esta carta, al caso que no aprendí a leer para tener que aguantarme tanta pendejada junta como la que escribes cabrón. Con afecto, Pancho".
Las cartas son reveladoras y, aunque el nuevo libro seguramente está como dicen las críticas de la feria del libro de Guadalajara, queda mucho material sin publicar. En Política & Risa, próximamente, más de este material inédito.  

viernes, 19 de noviembre de 2010

La historia detrás de la historia de Pancho y el pisto

El otro día hablaba con el maestro Güicho sobre esas cosas que lo relacionan a uno con la historia de la revolución. Le contaba cuando Pepe, en los tiempos de La Catarina paulista, me censuró el artículo donde yo decía que Pancho Villa no animaba a su tropa a punta de chicotazos, sino que a pico de mezcalazos. Y así fue la historia, el maestro me dijo que no, que la nota no salía, porque si iba a escribir sobre la Revolución, con 'erre mayúscula', mejor que lo hiciese documentando lo que decía.

"Oye, no chico, pues eso no te lo publico", me dijo, casi ofendido, Pepe. "Aparte Pancho Villa era abstemio", y me vetó la columna de investigación apócrifa.

Pepe, cubano cincuentón, exiliado en los Estados Unidos, después en México y después vuelta para Estados Unidos, es un buen tipo, platicador y muy leído. Es maestro en literatura y escritor. Ha sacado notas en El País de España y muchos otros medios locales, nacionales e internacionales. Entre novelas, narraciones, poemas y crítica, su mero mole es pegarle a Fidel y lo hace bien.

Pero yo siempre pensé que más que maestro, Pepe era infiltrado de la CIA o agente de inteligencia en la interminable lucha contra el comunismo. No lo culpo ni culpo las tareas de la CIA; “yo tampoco quiero revoluciones, prefiero las evoluciones”, una vez le dije a uno de los que Pepe también editaba. La verdad es que Pepe, cuando Pablo Rico fugó porque el barco en Cholula se hundía, entró a suplir al hijo de los dueños de los Medias Blancas.

Así las cosas, Pepe espiaba o eso parecía hacer para muchos. Por eso, algún chiapaneco alguna vez me dijo, "lo pusieron en el periódico, y aguas que hay un micrófono en esta oficina, para hacer lo mismo que los párrocos hacían en los viejos cines de pueblo". Pero en fin, el tipo es un grande y esta columna no va por ese lado.

“¿Cómo que te censuró el artículo?”, me preguntó Güicho.

“Sí, me dijo que Pancho Villa no bebía y que, al escribir eso, le estaba faltando el respeto a la historia, al estatus del periódico y a todo el pueblo mexicano”.

“¿Y qué hiciste?”.

“Rehice la columna y escribí un diálogo apócrifo de la moneda de Kennedy hablando sobre los 13 días”, le dije al estimado maestro Güicho.

El artículo original nunca se publicó y, la verdad, me quedé bien picado de que no se publicara por aquello de que Pancho Villa era abstemio. No podía ser. Una vez lo vimos bien briago, Peso y yo, también briagos, en una de las fotos que le tomaron sentado en el sillón presidencial, junto a Zapata. Así que estaba seguro de que Pancho, como nosotros, también le pegaba al hígado.

“Entonces”, como le conté a Güicho, “en la embajada de Argentina, poco tiempo después de lo del artículo, hicieron una conferencia sobre el Che Guevara en la que hablaba Paco Taibo II. Fui porque estaba organizando un ciclo de cine argentino y en la embajada me iban a ayudar, y además porque el tema era interesante”.

También había un fotógrafo que, en 1966, fue a la Habana a sacarle unas fotos al Che. Pero Paco Taibo estuvo fenomenal, y al terminar la conferencia, en el brindis y con copa en mano, lo encaré para hacerle la pregunta que tenía que hacerle: ¿Pancho Villa era briago o abstemio?

“Villa era abstemio”, para mi pesar, me dijo el famoso historiador. “Pero cuando lo corrieron del comando de la División del Norte, en la época de Carranza, Pancho se deprimió bastante y empezó a entrarle duro a la bebida”, Taibo completó.

“Imagínate que me quedé bastante satisfecho con esa respuesta”, le dije a Güicho, “porque al final, ¿quién tenía razón, Pepe o tu servidor?”.

Nos reímos, pero la historia de Pancho, la fuente de Paco y el testimonio ahí están. Es decir, llegó un momento en la vida de Pancho Villa en la que, además de entrarle a la mota, empezó a entrarle al pisto, “más que nada mezcal y agua ardiente”, como me dijo Paco en aquel brindis tan esclarecedor. Y la historia de Pancho por Paco no miente, por más pacheca que parezca. 


"Está bien pedo ese güey", me dijo el Peso cuando vio la foto.

Dr. Winston O'Booggie
Editor interino P&R

jueves, 18 de noviembre de 2010

Centenario de la (R)evolución: La casa de los Serdán

La revolución mexicana no empezó el 20 de noviembre de 1910: arrancó el 18 en Puebla. Sí, esa es la nueva tesis de los opinólogos mexicanos. Bueno, más bien eso dicen los poblanos, pero no importa, la bolita está de su lado y ahora que la vengan a devolver. Obviamente, los académicos se opusieron a esta tesis, pero no importó porque, ¿quién sabe más de historia? Pues claro, los opinólogos. Y para dejarlo en claro, hicieron un simposio para hablar del centenario de la revolución.   
“Fueron los hermanos Serdán los que empezaron el revoltón que terminó siendo la revolución, exactamente hace 100 años”, reveló uno de estos opinólogos tan afamados en el mainstream de la academia mediática.
Con tantas cosas que se hablan hoy día sobre la revolución, esto puede sonar algo raro, pero todavía no está todo dicho sobre aquella gesta. Por eso, aunque muchos andaban diciendo que el hecho más importe descubierto a 100 años de la revolución es que Pancho Villa se fumaba ocho toques en la mañana, la tesis histórica de los hermanos Serdán es la que se llevó el premio a la controversia histórica. ¿Cómo que los hermanos Serdán empezaron la revolución antes que Madero?
Dos días antes del bombazo de Madero, madrugándose a todos los demás, Carmen, Aquiles y Máximo, es decir, los hermanos Serdán, detonaron el levantamiento armado en la ciudad de Puebla. "Cuál San Luís: la revolución tiene su somier en Puebla capital", fue el título de la presentación que hizo uno de los opinólogos. 

El antirreeleccionismo era importante en todo el país, claro, era el movimiento que traía a Panchito Madero como líder y principal financista. Pero en Puebla los hermanos Serdán eran los meros-meros y lo quería dejar en claro. Parece ser que, en el fondo, los Serdán, sobre todo Aquiles y Carmen, le tenían un poquito de envidia a Madero y por eso querían desencadenar la revolución antes que él. Pero la verdad, "el levantamiento del 18 fue más fortuito que otra cosa", fue una idea de las tantas vertidas en este simposio tan peculiar. "Y que Puebla fue la cuna de la revolución", me recordó el corrector de estilo de otro Blog amigo.
Entonces, allí en la casa que estaba, bueno que está y es museo, en la calle de Santa Clara número 6, se fraguó un levantamiento armando, "ora sí que de vanguardia". “Tenían fuscas, balas y gente dispuesta a morir por la revolución”, dijo uno de los opinólogos.
“Pues sí eran pocos, pero traían sed de gloria”, dijo otro disque especialista en la conferencia. Y agregó sin pelos en la lengua: “pero la hermana olvidada de los hermanos Serdán, Natalia, estaba rete celosa de que la gente dijese que esa era la casa de Aquiles”.
Parece que allí reside una de las causas del levantamiento anticipado de la revolución y de que los federales supiesen qué estaba pasando en esa casa ahora tan famosa. Y es que la casa de los hermanos Serdán, en realidad, era la casa que el esposo de Natalia, "la hermana mocha de los Serdán", había comprado cuando se arregló el casamiento entre los dos. El esposo de Natalia era un tipo cincuentón que, en su tercer o cuarto aire, había comprado el amor de Natalia y la casona de dos pisos que estaba junto al convento de las Clarisas.
“Natalia estaba que se la llevaba la chingada, lo sabemos por los testimonios de una nieta de una de las señoras que limpiaban las casa. Así fue que, la mañana del 14, Natalia se levantó y dijo, 'yastuvo', y fue al ayuntamiento, a dos calles de su casa, para denunciar todo el movimiento underground terrorista de sus hermanos”, dijo una de las opinólogas.  
Claro, imagínense que para Natalia, que era porfirista, tener que aguantar que Madero haga el mitin antirreeleccionista de Puebla en su casa, porque según todo mundo esa era la casa de Aquiles, era lo peor que le podía pasar. Por eso, la mañana del 18, cuando todavía faltaban dos días para el levantamiento revolucionario de los Serdán y su banda, un comando militar del gobierno llegó a la puerta de la casa de los Serdán y, sin tocar la puerta, empezaron a los tiros.
“Ni los hermanos Serdán ni los diez que estaban ahí adentro preparándose para, dos días después, empezar la revolución en Puebla, se esperaban la emboscada. Así que figúrense, el golpe fue devastador para estos guerrilleros embrionarios”, dijo otro de los opinólogo, que no descartó tener en cuenta la valentía de los Serdán.
Carmen fue la líder, porque cuando empezaron los tiros, con toda la furia, ella agarró el fusil y corrió a las escaleras para salir al balcón, "primero que nadie". Así, con sus hermanos por detrás, Carmen salió al balcón central de la casa y gritó “¡órale mexicanos, a chingar a su madre y a pelear por el antirreeleccionismo!”, dicen que arengó Carmen a los vecinos curiosos. “Ahí le dieron un tiro en el hombro y su carnal la jaló para adentro de la casa”, reveló uno de estos eruditos congregados en el simposio que tuve el agrado de asistir.
El tiroteo duró horas. Los militares, que eran varios destacamentos que venían marchando de los Fuertes, estaban entrenados, armados con todo, mientras que la banda que estaban resistiendo en la casa de los hermanos Serdán era justamente eso, una banda.

"Para la medianoche, en la azotea de la casa que en realidad era de Natalia y no de Aquiles, como luego-luego dicen que la gente del centro decía, los militares rompieron la puerta y se metieron a la casa" aseguró una opinóloga que casi siempre escribe con los pies.

"A los que no mataron, como a Carmen y, qué raro, Natalia, los arrestaron y los metieron presos. Pero no encontraron a Aquiles, que estaba escondido en un piso falso de la planta alta de la casa. No importó lo chingón del escondite, porque lo encontraron dos días después y lo mataron de un tiro en la pelona, justo cuando en San Luís y otros lugares del país la gente pensaba que estaban empezando la revolución", abundó otro opinólogo sobre los sucesos del 18 de noviembre de hace cien años.
En fin, el tema ahí está. La revolución empezó hace cien años un día como hoy, no pasado mañana. Hay quienes dicen que es para alargar el puente, pero nada de eso se confirmó en este simposio.


sábado, 13 de noviembre de 2010

Pensando en el centenario de la (R)evolución

... ¿neta quieres que ahorita me ponga a hacer la columna para el centenario de la revolución?, no mames güey, estoy rete crudo cabrón y si me pongo a darle a eso orita, no va a quedar muy chido... ¿ah, no importa?, bueno, deja ver qué chingados hago pero va, me late pinche Peso, pero luego no seas mamón güey, ora resulta que crudo y todo, después de meternos un pomo de bacacho viendo qué pitos hacemos con el pinche Blog, güey, quieres que me ponga a ver qué pedo con la revolución, no mames, jajajaja... sí, ya sé, ya ves que luego decimos que unas chelitas nomás, y, ¡Bertha!, que sale el pomo... a huevo, si ya fuimos por los hielos y los refrescos, pues ya ni modo, había que pegarle al hígado güey... No, no, no, no, qué bárbaro estos cuates... jajajaja... ¿tons qué pedo con el Pancho Villa, güey?... ¡¿no mames, Pancho Villa fumaba mota?!, ¡órale!, por fin una de la historia que resalta por algo sano, verdad? jajajaja... te lo dijo tu abuelo que es de Durango, no mames... órale, pues ese es buen tema, pero qué loco, la neta no me late que, así, un héroe de la revolución haya sido una mariguano, digo, ¿qué pedo, no?... Peso, bueno... bueno, Peso... estás ahí güey... ¿se cortó?... Pesooo...

Dr. Winston O'Booggie, editor interino de Política & Risa

Pancho y el Emi en la Silla Presidencial


jueves, 11 de noviembre de 2010

El nombre del bueno (primera parte)

Ya se largó, empezaron a circular los rumores de quiénes son los buenos de cada partido para las próximas elecciones a presidente. Todavía falta año y medio, recién, para las candidaturas presidenciales y ya todo mundo habla solamente sobre el tema. Que la inseguridad, que la crisis económica, que la falta de garantías, que la Iglesia; ni madres, de lo único que los periodistas están preocupados es de quién va a ser el bueno en las elecciones del 12.
En la ciudad de Puebla, como en tantas otras capitales mexicanas, las pláticas de la grilla se escuchan en los portales del zócalo. Ahí uno puede escuchar de todo, sobre la política municipal, estatal, nacional, internacional, parroquial, etc. De todo. Y, como se dice de todo, también hay todo tipo de personaje.
Nunca falta el par de columnistas jóvenes, dedicados y honestos. Pero tampoco faltan los vagos-chantas-estafadores que se hacen pasar por corresponsales o periodistas. De todo, y por eso de todo se oye sobre las elecciones presidenciales que todavía están a días luz en tiempos políticos.
Así, la costumbre ya casi centenaria del nombramiento del candidato presidencial ha hecho de todo para adaptarse a los tiempos cambiantes. Lo mismo hicieron los editores de la prensa, quienes ya no sólo pagan lo que sea por saber quién es el bueno del PRI, sino que ahora también para saber el del PAN, el PRD y, ya que estamos, de los otros cuatro o cinco partiduchos que yacen por ahí. Al pagar lo que sea por el nombre del bueno, el riesgo de comprar mentiras siempre existe. Y esto puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar del centro. Como en el café de Profética.
“El bueno es De la Fuente”, dijo uno de los que estábamos en la mesa. “Lo dijo Cansino, no es cualquier güey el bato”.
Resulta que este amigo, Rodrigo, alias el Rockdrigo o el Rock, también es reportero y de lo que se gana el pan de cada día es vendiendo exclusivas a los jefes editores de los periódicos. No muchos le creen al Rockdrigo, ya que muchas veces ha dicho que traía la mera de ocho columnas, pero a la mera hora lo que traía eran puros blufs. Pero ahora parecía seguro de sí y estaba seguro de traer una exclusiva de millones de pesos, porque eso era lo que había dicho él que pedía por la exclusiva.
“Mira, me dijo un cuate que conoce a Cansino que él dijo que De la Fuente es el bueno. Que este año las alianzas fueron un experimento y que, como mal no les fue, van a repetirlo en el 2012”, con la atención que nunca nadie le daba, todos escucharon atentamente al Rock.
“No es para que la anden ventilando por ahí a lo pendejo, ¿me escucharon guüeyes?”, dijo el Rock. “Es para vendérsela a los meros meros y hacer una lana, y como ustedes no saben qué cuate de Cansino dice que él sabe que va a ser De la Fuente, no me pueden chingar”.
“No mames güey, pura pendejada que dices, cabrón”, le dije yo entre las risas de los demás.
“Neta cabrón, te la juro por esta, mira; traigo en nombre del bueno”.
“¿Y cómo sabes, o cómo dice este güey que así va a ser?”, le pregunta otro reportero y fotógrafo.
“¿No estuvo De la Fuente el otro día con Ebrard en el Congreso de la Unión? ¿No estuvo con Calderón? Bueno”, dice irónicamente Rockdrigo. “Además, en el 2005, cuando el PAN no tenía ni la más puta idea de lo que iban a hacer contra el Peje, De la Fuente estaba en la cabeza de Fox y muchos otros, dice mi cuate que dice el maestro”.
“¿Y del resto?”, le pregunto yo, “porque si vas a vender la buena, ahorita tienes que venderles la de varios partidos a la vez, si no vales madres”.
“Ay, jijo, mira: al PRI va Enrique, eso que ni qué, cabrón. Y el Peje se va a inmolar él solito en el PT y a lo mejor Convergencia, pero no creo que esos güeyes sean tan pendejos”.
En eso, entraron a Profética dos de los tres peces más gordos del periodismo poblano, quienes nunca dudan en comprar chismes para venderlos nacionalmente como noticias espectaculares. Ahí estaban estos dos señores.
“Ve güey, ahí está tu chance dorada”, le dije a Rodrigo.
Sin pensarlo, se paró y fue para la barra del café. Encaró a los meseros y les dijo que cualquier cosa que los señores ordenaran corrían por su cuenta y que no los anduviesen interrumpiendo. Aclarado eso con los chavos de la barra que lo miraron raro, ya que Rodrigo nunca traía dinero y más bien siempre andaba diciendo que fulano o sultana le habían pagado la cuenta cuando nadie se había ofrecido para ello, se dirigió a la mesa de los peces gordos.
“Disculpen señores, ustedes no me conocen pero yo los conozco a ustedes y me voy a sentar a platicar de bisnes con ustedes”, les dijo, seguro, el Rock.
Los dos editores no entendieron bien qué estaba pasando, pero intuían de qué se trataba: Rockdrigo queriendo venderles una nota espectacular.
“No, no queremos escucharte ni creemos que traigas nada bueno. La última vez que te compré una nota, cabrón, después no tuve cara para saludar al gober”, le dijo uno de los editores gordos.
“¿Y el nombre del bueno no se les hace antoja como una súper nota?”, dijo Rock.
“De ti nada es bueno, pendejo, y ya lárgate que nos estás haciendo emputar”.
“A ver hijos de su puta madre, va de nuez, a ver si esta vez no son tan pendejos para entender de lo que les hablo”, les dijo el Rock envalentonado.
“Ni madres, pinche mugroso, lárgate”, le dijo enojado y groseramente el güero director del nuevo periódico El Popular.
“Chinga tu madre, pinche indio rascuache, tú te la pierdes”, le dijo sin nervio alguno mi amigo reportero. “Y a ver tú, pinche gordo feo, ¿cuánto me das por los nombres de los buenos?”, le dijo en corto al otro editor.
“Qué vas a tener el nombre de los buenos, si todavía no hay nada, sólo rumores, como los que me llegan de al diario por docenas a la redacción”, le respondió el jefe editor del Sol. “Y de tí, pinche mal educado, no agarro nada, y ahí te va con albur”.
“¿Ah sí? Mira pendejo, no te parto bien tu pinche madre aquí merito porque no se me hincha un pinche huevo, ¿entiendes, hijo de tu chingada puta madre?”, con todo enojo increpó el Rock al director de uno de los periódicos más prestigiosos de la ciudad.
Todo mundo en Profética se quedó inmutado, desconcertados, expectante de lo que estaba pasando entre estos tres personajes, que ya no se sabía si eran periodistas, malandros o teporochos.
“Te lo pregunto una vez más güey: ¿quieres saber quién es el bueno del PRI, del PAN y del PRD?”.
“Eres un pendejo, Peña Nieto ya lo sabemos y el Peje también”, dice el del Popular.
“A ti no te estoy hablando güey, así que chito: te quedas calladito que te ves más bonito. A ver tú güey, ¿quién crees que es el bueno en la Alianza?”, pregunta desafiante el Rock al director del Sol.
“No pues, todavía no se sabe nada de eso”.
“Eso crees tú pendejo, y te estoy diciendo que te traigo el nombre del bueno y que te vas a ganar el premio de periodista del año con esta nota, y te haces pendejo”, le dice Rockdrigo al viejo lobo de mar del Sol.
“No, pues no me interesa nada de ti”.
“Conste que se las ofrecí… van a ver que me hincho de lana, pinches codos”, les dijo el Rock mientras se dirigía hacia el baño del lugar.   
(Continuará)

sábado, 30 de octubre de 2010

Velatorio K

Moría el presidente Néstor Kirchner, llovía en Buenos Aires y la gente hablaba de lo parecido con el velorio del General Perón. Otros decía que nada que ver. Primero, comparar a Cristina con Isabelita, más que análisis es un mamarracho. Segundo, Néstor ya no era el presidente, aunque hacía de todo para parecerlo, y Perón sí era el presidente cuando se murió. Y tercero, llovía pero hacía más frío en el del General. En eso todos concordaban y las crónicas del velatorio K dieron prueba de ello. Pero nadie cubrió lo que hubiese pasado si en la Casa Rosada se hubiese armado flor de quilombo.

La cuestión hubiese sido la eterna: a ver cuál de los dos sectores que apoya al gobierno llega más cerca del escenario. En 1973, cuando Perón volvía aunque no en un avión negro, en Ezeiza se armó un bardo de aquellos porque los Montoneros, los flacos de la izquierda, y los de la CGT, los gordos de la derecha, se pelearon a ver quién era más pesado y estaba más cerca del escenario donde iba a hablar el General Perón. Nada de esto tomó lugar porque antes, hablando mal y pronto, se cagaron a tiros.

Así, el miércoles 27 de octubre de 2010 algo distinto hubiese pasado si el destino no hubiese jugado una mala pasada. Como en el 73, sólo que 37 años más tarde, los peronistas de izquierda, los jóvenes, hubiesen querido tener más peso que los peronistas de derecha, los gordos de la CGT. ¿Y qué hubiese pasado si los jóvenes militantes del movimiento nacional y popular, los mismo que a los 30 años van a tomar escuelas secundarias porque los techos se les vienen abajo y no pueden estudiar, no hubiesen sabido la definición de locura? Se hubiera armado flor de quilombo.

Según Albert Epstein, una persona loca o con síntomas de locura es la persona que, haciendo lo mismo que hizo antes, repite uan acción esperando resultados diferentes. Es decir, si al igual que ayer vas a tirar una piedra a la ventana esperando que no se rompa el vidrio, sos un tarado, estás loco. Y los pibes y los viejos, en el funeral K, fueron unos tarados. Claro, Epstein era judío, y prefirió la libertad yanqui al progreso nacional socialista de Hitler.

Así las cosas, Kirchner estaba muerto, la Argentina oficialmente de luto y Cristina vestida de negro. “Pobre señora”, decían muchas señoras de Barrio Norte. Más que un funeral parecía una de esas oportunidades históricas donde, partes de la sociedad que no se llevan bien pueden arreglar las cosas y hacerse amigos.

Los jóvenes en la plaza cantaban y cantaban, felices porque volvía la militancia, la juventud maravillosa, y porque ahora sí iban a cambiar el mundo. En otra peluquería, unas señoras decían que esto les olía mal.

“Callate, vieja chota”, le dijo el hijo de la peluquera a una que se estaba haciendo los rulos. Claro, esta era una peluquería de Liniers, y en ese barrio los modales ya pasaron de moda.

Volviendo a la Casa Rosada y la Plaza de Mayo, los pibes del kirchnerismo se empezaron a impacientar.

“¿Por qué esos hijos de puta está ahí al lado de Cristina?” se pregunta una chica del Pelegrinni.

“Tenemo’ que estar nosotro’”, dijo otro de una secundaria nocturna.

“¡Daleeeeee!”, gritó un moreno que parecía tener los ojos inyectados en sangre.

“Como lloran los chicos”, decía una abuela que estaba en la Plaza formada en la larga fila para despedir el cajón cerrado de Néstor Kirchner en la Casa Rosada. Claro, la señora veía los ojos rojos de los chicos y no podía menos que pensar eso, pero los pibes estaban haciendo un asado muy jamaiquino, por aquello de que estaban re locos.

“Ya está todo listo”, dijo el mismo de la secundaria nocturna que había hablado antes sin poder pronunciar una sola 's'. Así, los compañeros militantes de la juventud maravillosa del bicentenario dieron la orden mortal, que se manden todos para la Rosada. Algunos pensaron que iban a comer un asado jamaiquino y nada más, pero no: iban a dar un golpe de timón.

Como en el 73, los pibes que pensaban que el proyecto nacional y popular iba en serio, decidieron sacarse las dudas. En un instante, en lo que uno se tira un pedo, las vanguardias de las escuelas secundarias y terciarias entraron a la Casa Rosada a los empujones. Estaban tristes, con bronca, pero no tanto porque se moría Néstor, el líder, sino porque sindicalistas como Moyano y no ellos estaban junto a Cristina.

Por eso, a los topetazos uno se plantó en frente del cajón de Kirchner y dijo: “Se acabó, o nosotros o ellos. Decile Máximo”.

¿Cuál hubiese sido la respuesta de Cristina si todo esto hubiese pasado?




¿Máximo o Moyano? ¿Los gordos o los flacos? ¿Cuáles flacos?

   





Funeral K

“Los jóvenes, generalmente, no siguen de cerca el acontecer político, por eso el funeral de Néstor Kirchner fue histórico”, dijo uno en una radio oficialista. Y le preguntó a la audiencia, “¿qué hiciste, dónde estabas el miércoles pasado?”.

A mí me parece que, con esto del fallecimiento de Kirchner, se está haciendo un juego con la historia, demagogia barata. Yo recuerdo que cuando tenía 6 años fui, o me llevaron, pero ahí estaba, a la plaza de Mayo para apoyar al gobierno de Alfonsín; o sea, ¿eso no era seguir de cerca el acontecer político?

“¿Por qué los peronistas siempre se quieren adueñar del protagonismo en la historia popular argentina?”, le pregunto un amigo que trabaja en la prensa.

“La verdad que no tengo la más pálida idea”, me responde A. G. de Perfil que escribió la buenísima nota de Bauer, el barítono que improvisó el Ave María en el funeral K.

Es gracioso, pero mientras unos hablan de profundo dolor, pérdida irreparable, del asco que sienten por aquellos que se pusieron a festejar, otros prefirieron hablar del fanatismo oficial, de lo que se viene y, ya que estamos, dan los pésames correspondientes. Es decir, unos quieren tiempo para hacer el mito con el muerto y otros quieren pasar la página ya.

“Curioso”, le digo a Juani, “leí tu nota y me gustó mucho, pero no entiendo por qué el funeral de Kirchner es histórico”.

“Y, fue mucha gente, Winston”, me dice. “Y no eran los acarreados de siempre, también habían muchos jóvenes y gente normal y corriente”.

“Pero yo todavía soy joven y normal y corriente, y no fui”, le digo.

“Sí, pero habían muchos y el mensaje que se leía más era el de vamos Cristina; el país ahí estaba”, con todo y que Perfil no es un diario oficialista, me dice A. G.

"Qué se yo", le digo a Juani antes de terminar la conversación.

Pero sí se, aunque suene un poco raro. El tipo, Néstor, sabía que el año que viene no ganaba la elección pero ni a palos, así que, como buen animal político que era, se inmoló. Así de sencillo, Kirchner agarró y pensó, capaz que en una de esas la gente me hace mártir y así ganamos la elección. Esta es una teoría que no le compartí a Juani, a ver si tengo suerte y se la vendo a Perfil.  

miércoles, 27 de octubre de 2010

Murió Kirchner

... no te puedo creer, ¡le dio un patatú a Kirchner!... no, no vi nada, bueno que me llamás,  porque acá a la gente le chupa un huevo, como dicen, que se haya muerte Kirchner ni nos va ni nos viene... ¿qué luto, José?, si el tipo se la robó toda... ¿qué estadista?, no me jodas, mirá, la muerte no se la deseas a nadie, eso sí, y es una pena que se haya muerto, para los familiares, amigos, etc., es duro que se te vaya uno querido, así que está bien dar el pésame a Cristina, su viuda, la verdad pobre mujer, Dios la acompañe, pero dejate de joder José, el tipo no era mi amigo y la verdad que se dedicaba a meter la mano en la lata, ¿o quién te crees que va a pagar el ataúd y el entierro?... ¿que no sea grosero?... voy a abrir una champagna, ché, voy a darle continuidad a este rito anti-peronista de tantas familias, jajaja, no en serio, a mí me parece que no hay que ser cara rota y si vos lo votaste, está bien que lo llores, pero yo no lo voté, así que no sé por qué tendría que llorarlo, pero está bien, tampoco hay que hacer fiesta por esto, pero cuando se murió Hitler no veo que muchos polacos se hayan puesto tristes... ¿que no fue lo mismo?, no la verdad que no, pero el tipo era un hijo de puta también, digo, como político era muy malo y le hizo mal al país, pero bueno, también está el lado humano y que el tipo se murió joven, a los 60, eso es una pena... ¿ah, vos lo conociste?... ¿y cómo era? ¿sí tenía los ojos muy torcidos? ... jajajaja... está bien, pero el tipo no era genial ni fue el mejor de la historia... ¿un lider de la democracia? no seas boludo, Alfonsín fue otra cosa, este hace 10 años no era nadie, y en 8 hizo mierda todo, yo que sé, José... es una sorpresa, pero la posta es que se terminó la pareja política de la década en Argentina... hola... José estás ahí... ¿se cortó?... José...

martes, 26 de octubre de 2010

Amigos son los amigos

De algo que en política nadie se salva es de salir en una foto comprometedora. Si un político nunca dijo, “yo ahí no estuve” o “yo con esos nunca me junté”, es porque no es político de verdad. Un político tiene que saber mentir y hacerlo bien, o sea, mentir abierta y descaradamente con tal de quedar bien parado. Pero un político se las ve oscuras si, por ejemplo, dice, “yo no conozco a ese señor” pero no sabe que en la pantalla del televisor están pasando una foto de los susodichos abrazados. Esto le pasó a muchos, pero en estos días está resonando una muy buena de los Kirchner.
Cuando Néstor Kirchner y su mujer Cristina llegaron al poder en la Argentina, allá por el 2003, no los conocía ni el loro. Llegaron por el apoyo de Duhalde y otros gobernadores peronistas que no querían que Menem vea realidad su sueño de volver a ser presidente. Casi. Menem ganó la primera vuelta, pero se tuvo que bajar del caballo porque todos los peronistas y radicales se iban a juntar para partirle la cara a votos en el ballotage. Así, Kirchner llegó al poder sin que nadie supiese de él.
Como nadie lo conocía, la gente tampoco conocía a quiénes conocía Kirchner, menos quiénes eran sus amigos. Por eso, astuto, Néstor Kirchner empezó a armar su historia a piaccere, sin que nadie pueda decir mucho o contrariarlo.
“Desde el arranque del régimen K, el discurso anti se propagó como las cuentas bancarias en el exterior de los sindicalistas”, dice uno que conoció al fallecido pulpo adivino del mundial. “Los Kirchner y su trup eran, y son (según), anti menemistas y vende patria. Por eso, el matrimonio presidencial de los K gastó tanto dinero y tiempo repitiendo que ellos no eran como los ladrones y entreguistas de los 90. Por eso, dicen, ellos no conocen a esa gente que se decía menemista, es más, desde la recóndida provincia de Santa Cruz los Kirchner siempre los combatieron”.
“Pero el Turco dijo por ahí que sí los conoció, y muy bien”, le digo.
“No, ellos lo niegan, y dicen que el Turco es el innombrable, así que no hablan de él. Lo mismo dicen con la dictadura militar. Mirá esta foto, ¿te suena?”.
Esto me puso a pensar, sí a pensar. Si los Kirchner y su gente, como Moyano, no conocen y no se llevan con barras bravas, punteros, traficantes de influencias y aquellos mismos que son todo lo contrario a lo que dicen representar, ¿cómo sobran fotos al respecto?
“Pará, no te enrosqués la víbora”, me dice el amigo del pulpo Paul.
“Y sí, total…”, digo.
La historia la escriben los ganadores, entonces, la actualidad la escriben los bizcos. ¿Cómo que un pulpo sabía que España iba a ser campeón del mundo?    

lunes, 25 de octubre de 2010

Como en el hipódromo

Como una carrera de caballos, eso es una campaña electoral. Pero no solamente en una campaña o elección; los políticos viven todos los días como si estuviesen en una carrera de caballos. A ver quién llega primero, segundo, tercero, en dupla, etc. Por ejemplo, pensemos en la carrera del hipódromo político argentino. La elección es en un año y ya hay varios caballos corriendo, o eso dicen las encuestas y los jugadores. Algunos dicen que el mejor parado es Scioli, que las apuestas están a su favor y que el resto es puro ruido, pero la verdad, nada está dicho porque nadie quiere decir nada, excepto, claro, en estricto off the record.  
“Pino agarra parte de la gente que está re caliente con Macri porque no le alcanzó ni para tapar los baches”, dice un mediático encuestador que, por no perder su empleo, mejor pide no decir su nombre. “A Kirchner lo veo cansado, la gente siente que el ex presidente ya no los mira a los ojos, como si tuviese la mirada extraviada o algo así, pero la confianza en Kirchner va a la baja”.
“Pero hay encuestas que dicen que gana seguro”, le digo al encuestador amigo.
“Nada que ver, eso es puro chamuyo”, refrenda Pepe Encuestas. “A la que veo que igual llega es Cristina. La mina todavía está buena, y eso es importante. Fijate que la mayoría de los hombres de entre 20 y 50 años afiliados a la CGT votarían por ella. Eso quiere decir que Cristina todavía tiene levante”.
“¿Y qué me decís de la Gorda Carrió y el ala progre de la política?”, le pregunto.
“Están hechos mierda”.
“Pero la Gorda es pesada”.
“Pero no llega ni a la esquina la Gorda. A lo sumo, los radicales podrían juntarse con… no, los radicales pueden ir a la esquina pero nada más a ver si llueve”, dice categórico.
“¿Y Macri, De Narvaez, Duhalde y todos los peronsitas que no son kirchneristas?”
“Ahí está la papa. Ese es un rejunte interesante, eso dicen muchos corredores de apuestas, ¿viste? Ahora, el tema es ver si la gente va a querer votar entre Kirchner y todos estos, porque si no llegan a la segunda vuelta están al horno. Yo creo que estos van a juntar buena guita y por eso llegan. Pero a Macri que no le den más que la capital y la zona norte de la provincia porque sino van al muere, ojo”, me dice.
No sé si Pepe Encuestas sabe o no lo que dice, pero parece que el off the record sirve para saber que están todos como los indios, en pelotas, diría don Tato. Pero algo falta: el Turco Menem, ¿qué hará el Turco, se postulará otra vez como senador o decidirá hacer la gran Perón e ir por la grande en las últimas de su existencia física?

sábado, 23 de octubre de 2010

Tato en P&R

¿Viste que subieron un monólogo de Tato Bores en la sección Quotes de Política y Risa? ... Pero si vos sos judío, José! ahora no te vengás a hacer el anti-sionista, además Tato era laico, como dice Guille, igual que vos y que yo... bueno, laico, lo que se dice laico, no somos, pero ¿qué somos entoces? ... sí, no somos nada, ya sé, pero somos polvo de estrellas también... bueno, cada quien cree en su Dios, pero dejala ahí José, te dejo porque se me pasan los fideos, chau.

(Dos minutos después) ... sí José, te voy a mandar la editorial, vos quedate piola que marcha con fritas esto... no, no voy a comer fideos con papa fritas, la editorial va con fritas... ¿que querés un adelanto?, ta' bien... sí ya sé que te tengo que dejar saber de antemano lo que vamos a publicar... y, voy a hablar de Moyano... porque es un hijo de puta, por eso voy a hablar de él, José... no me vengás con que el negro está por la patria socialista y que no me meta con él... sí, el tipo es pesado... ahá... pero está con la patria sindicalista... sí, boludo, y ya cuentan un muerto encima, pero según él todo este chamuyo es porque los muchachos están nerviosos por las encuestas, ¡las encuestas, José!, mirá que podés culpar a quien quieras y con las encuestas te vas a meter, ¿qué carajo tienen que ver las encuestas con que la CGT esté tirando tiros por ahí?, ¿eh, me querés decir?... por eso te digo, José, acá se está viviendo el fin del régimen y los que están nerviosos son los Kirchner y su gente, aunque a Moyano cualquier bondi lo deja bien y si se pudre todo, éste encuentra asilo con el Cabezón... bueno, no te enojés, ché... aparte es como te dije antes, y te dejo porque a los fideos, como a las minas, si no los atendés se pegan... sí, a mí me gustan al dente, ¿sino cómo?... jajajaja, está bien José, un beso.

Dr. Winston O'Booggie
Editor Interino de Política y Risa

Leyendo Tato

Tato Bores (Mauricio Borensztein 1927-1996) fue uno de los genios del humor político argentino. Aunque los textos no eran 100 por ciento de él, el tipo puso mucho de sí para darle forma al monólogo como una manera de reírse y criticar la actualidad política y social. Lo que sigue, de Tato y Santiago Varela, es una columna publicada en el Página 12 del gordo Lanata, allá por el año 1991.

¿De quién es la culpa?
La culpa de todo la tiene el ministro de Economía dijo uno.
¡No señor! dijo el ministro de Economía mientras buscaba un mango debajo del zócalo. La culpa de todo la tienen los evasores.
¡Mentiras! dijeron los evasores mientras cobraban el 50 por ciento en negro y el otro 50 por ciento también en negro. La culpa de todo la tienen los que nos quieren matar con tanto impuesto.
¡Falso! dijeron los de la DGI mientras preparaban un nuevo impuesto al estornudo. La culpa de todo la tiene la patria contratista; ellos se llevaron toda la guita.
¡Pero, por favor...! dijo un empresario de la patria contratista mientras cobraba peaje a la entrada de las escuelas públicas. La culpa de todo la tienen los de la patria financiera.
¡Calumnias! dijo un banquero mientras depositaba a su madre a siete días.
La culpa de todo la tienen los corruptos que no tienen moral.
¡Se equivoca! dijo un corrupto mientras vendía a cien dólares un libro que se llamaba "Haga su propio curro" pero que, en realidad, sólo contenía páginas en blanco. La culpa de todo la tiene la burocracia que hace aumentar el gasto público.
¡No es cierto! dijo un empleado público mientas con una mano se rascaba el pupo y con la otra el trasero. La culpa de todo la tienen los políticos que prometen una cosa para nosotros y hacen otra para ellos.
¡Eso es pura maldad! dijo un diputado mientras preguntaba dónde quedaba el edificio del Congreso. La culpa de todo la tienen los dueños de la tierra que no nos dejaron nada.
¡Patrañas! dijo un terrateniente mientras contaba hectáreas, vacas, ovejas, peones y recordaba antiguos viajes a Francia y añoraba el placer de tirar manteca al techo. La culpa de todo la tienen los comunistas.
¡Perversos! dijeron los del politburó local mientras bajaban línea para elaborar el duelo. La culpa de todo la tiene la guerrilla trotskista.
¡Verso! dijo un guerrillero mientras armaba un coche-bomba para salvar a la humanidad. La culpa de todo la tienen los fascistas.
¡Malvados! dijo un fascista mientras quemaba una parva de libros juntamente con el librero. La culpa de todo la tienen los judíos.
¡Racistas! dijo un sionista mientras miraba torcido a un coreano del Once. La culpa de todo la tienen los curas que siempre se meten en lo que no les importa.
¡Blasfemia! dijo un obispo mientras fabricaba ojos de agujas como para que pasaran diez camellos al trote. La culpa de todo la tienen los científicos que creen en el Big Bang y no en Dios.
¡Error! dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de matar más gente en menos tiempo con menos ruido y mucho más barata. La culpa de todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.
¡Infamia! dijo un padre mientras trataba de recordar cuántos hijos tenía exactamente. La culpa de todo la tienen los ladrones que no nos dejan vivir.
¡Me ofenden! dijo un ladrón mientras arrebataba una cadenita a una jubilada y, de paso, la tiraba debajo del tren. La culpa de todo la tienen los policías que tienen el gatillo fácil y la pizza abundante.
¡Minga! dijo un policía mientras primero tiraba y después preguntaba. La culpa de todo la tiene la Justicia que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra.
¡Desacato! dijo un juez mientras cosía pacientemente un expediente de más de quinientas fojas que luego, a la noche, volvería a descoser.
La culpa de todo la tienen los militares que siempre se creyeron los dueños de la verdad y los salvadores de la patria.
¡Negativo! dijo un coronel mientras ordenaba a su asistente que fuera preparando buen tiempo para el fin de semana. La culpa de todo la tienen los jóvenes de pelo largo.
¡Ustedes están del coco! dijo un joven mientras pedía explicaciones de por qué para ingresar a la facultad había que saber leer y escribir. La culpa de todo la tienen los ancianos por dejarnos el país que nos dejaron.
¡Embusteros! dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver a las viejas buenas épocas nada mejor que una buena guerra mundial.
La culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y negocios propios.
¡Censura! dijo un periodista mientras, con los dedos cruzados, rezaba por la violación y el asesinato nuestro de cada día. La culpa de todo la tiene el imperialismo.
Thats not true! (¡Eso no es cierto!) dijo un imperialista mientras cargaba en su barco un trozo de territorio con su subsuelo, su espacio aéreo y su gente incluida. The ones to blame are the sepoy, that allowed us to take even the cat (la culpa la tienen los cipayos que nos permitieron llevarnos hasta el gato).
¡Infundios! dijo un cipayo mientras marcaba en un plano las provincias más rentables. La culpa de todo la tiene Magoya.
¡Ridículo! dijo Magoya acostumbrado a estas situaciones. La culpa de todo la tiene Montoto.
¡Cobardes! dijo Montoto que de esto también sabía un montón. La culpa de todo la tiene la gente como vos por escribir boludeces.
¡Paren la mano! dije yo mientras me protegía detrás de un buzón.
Yo sé quién tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene El Otro.
¡El Otro siempre tiene la culpa!
¡Eso, eso! exclamaron todos a coro. El señor tiene razón: la culpa de todo la tiene El Otro.
Dicho lo cual, después de gritar un rato, romper algunas vidrieras y/o pagar alguna solicitada, y/o concurrir a algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo), nos marchamos a nuestras casas por
ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto.
Mientras nos íbamos no podíamos dejar de pensar: ¡Qué flor de guacho que resultó ser El Otro...!

viernes, 22 de octubre de 2010

¿Premoniciones?

“Increíble… Ricardito Alfonsín se quedó sin batería y tuvo que empujar la camioneta”, escribió un colgado reportero y fotógrafo en Twitter, la red social de hoy. Ni bien esto se subió a la red de redes, de seguro al instante, los comentarios de analistas, ¡jajajajaja!, analistas, periodistas, etcétera, empezaron a fluir.
“Un tipo así no puede aspirar a nada”, categóricos dijeron en el Argentino.
“Increíble sería ver a Ricardito en el sillón de Rivadavia; mirá, no llega ni a la esquina”, dijo un pensador trasnochado.
"Ricardito se quedó sin gasoil, ¿será que Morales, que viaja en avión, se va a quedar con la candidatura?", reflexionó el Topo Tenembaum.

 "De estar en la tapa de la Gente con tu padre, a estar empujando el coche... Ricardito, yo te presto si no tenés para la nafta, pero portate bien nene", comentó en la mesa la Chiqui Legrand.
 “La patota ferroviaria es culpable y Kirchner también”, dicen en Clarín.
“Yo no soy nadie para inculpar ni exculpar a nadie, esperamos que actúe la justicia”, dijo Kirchner.
“El ex presidente tiene razón”, dice un tal Barone en un programa de televisión.
“¿Y eso qué carajos tiene que ver con la boludés que le pasó a Ricardito en Chaco”?, pregunta uno gordo y barbudo.
“Chaco es de Lilíta, y Lilíta es mufa”, comenta otro que militaba en las filas intelectuales del casi extinto ARI.
De todo; pero lo más importante es el hecho, Ricardito está haciendo rosca, política a la argentina, en lugares tan recónditos como un comité de la UCR en algún barrio del Chaco. El tipo fue, habló con unos cuantos viejos y cuando se iba, se quedó sin camioneta, digo, sin batería. Claro, Ricardito no va con comitiva, guardas de seguridad o helicóptero de repuesto. Sí viaja con un chofer, que es el boludo que, en realidad, le sacó esta foto al hijo del padre de la democracia, don Raúl Alfonsín.
Resulta que Ricardito agarró y le dijo a este flaco. “¡Dale, boludo, dejá de rascarte las pelotas y sacame una foto, dale que el coche va a arrancar!”. Astuto, Ricardito aprovechó el no tener un peso para la campaña y, al mal tiempo buena cara, sacar de la manga una nota digna de Twitter.
“Para que Timermann la mire por TV”, en off the record comentan en el comité, en donde no tienen idea de qué mierda se trata eso del internet. 
 Por otro lado, dicen los opinólogos, "¿será premonición de lo que se viene en la campaña del hijo de Alfonsín?". Quién sabe. 

jueves, 21 de octubre de 2010

Utopía sindical

Un amigo que de esto entiendo mucho me dijo que la libertad sindical ya no es un reclamo histórico. Resulta que, de golpe y porrazo, es una utopía.
“¿Cómo una utopía?”.
“Que es un sueño, boludo, un proyecto irrealizable”.
“Pero si los muchachos están marchando a la plaza de Mayo para eso, y para pedir justicia por el asesinado ayer”.
“Son diez gatos locos, y encima ayer les bajaron a uno. Mover gente es hacer lo que hizo Moyano los otros días en River”, me dice mi amigo que de esto entiende.
“Ché, pará un poquito la moto, el flaco este a que mataron no tiene nada que ver”, le digo con tono de, justamente, pará la moto o bajá un cambio, ¿se entiende?
Lo reiteraban los cortos informativos de las radios, la calle era un caos una vez más en la ciudad de Buenos Aires. La masa de afiliados a la CTA le reclamaban a la CGT y al gobierno de los Kirchner que den la cara por el muerto del día anterior. En eso, el ministro Aníbal Fernández escribe por Twitter: “no sean pelotudos y váyanse un poquito a la concha de su madre, la reputa madre que los re mil parió!”.
¿Y dónde está Julio López? ¿Y los muertos de Trelew? ¿Por qué tiraron ayer? ¿Dónde quedó la revolución productiva que Kirchner también nos vendió?
Mientras tanto, en la Casa Rosada, la presidenta Kirchner, otra vez con los obreros de la UOM, habló como maestra de primaria:
“Ayer vivimos un momento triste y amargo. Yo sentí amargura, y rabia también. Y lo tengo que decir porque si no, no sería sincera. Vi tantas cosas entre ayer y hoy de lo que pasó, y le dije al ministro de educación, que momento más amargo, vi jóvenes queriendo romper la puerta del ministerio de educación, la centenaria puerta del palacio Pizzurno, por supuesto; por eso quiero decirles que esto es producto de la violencia de no poder sentarse a discutir las cosas como corresponde ... Y ahora vienen a decir que por qué reprimimos o por qué pasó lo que pasó ayer, y yo les pido que piensen un poquito, porque después si reprimimos dicen que por qué reprimimos, que somos intolerantes y eso no puede ser así, por eso que se pongan de acuerdo y no le pongan el palo en la rueda a este proyecto nacional y popular, compañeros y compañeras”.
La presidente mira otro canal. No vio lo que pasó o dice cualquier cosa. Según las entrelíneas de lo dijo, para ella fueron los trotskistas los que rompieron la puerta del ministerio de educación y que por eso, y por culpa de ellos, se armó la batahola. Es decir, el que la empieza la paga. De paso, la presidente seduce a los buenos cristianos que no quieren comunismo por nada del mundo. Y ya que estamos, Cristina le guiña el ojo a Moyano diciendo, “no te preocupés negro, la culpa es de ellos, el muerto también”. Y sí, la libertad sindical es un sueño porque de eso ni se habla.     

miércoles, 20 de octubre de 2010

Nacionalizar no es lo mismo que estatizar

... sí te lo dije, te lo dije el otro día que hablamos… no me digás que no te lo dije porque me acuerdo como si fuese hoy… no, no estoy enojado, si yo te quiero mucho José, pero estoy diciendo lo que te estoy diciendo, por eso escuchá esta: ¿viste que Cristina ya dijo que no va a estatizar los medios, sino que los va a nacionalizar?... ¿y a vos eso te parece bien?... ah, mirá vos, yo pensaba que era lo mismo… y yo no soy licenciado como vos, pero a mí me sonó a choreo... como escuchás, me sonó a los muchachos en la calle y eso está jodido, porque para nacionalizar los medios es agarrar y decirle a los muchachos, vamos a cambiar la historia y de acá no se mueve nadie hasta que no lo hagamos, entonces es agarrar y hacer un quilombo, sacarle a los canales, a sus dueños mejor dicho, los cables, las cámaras, los monitores, los estudios, los móviles, todo, va… no, esa es la posta, no es fruta, ya te lo dije antes, porque si van a nacionalizar es porque van a cambiar las cosas y cambiarlas es empezar por el dueño… ¿ah sí, a vos te parece bien?... pero lo que me estás diciendo cualquier cosa José, con todo respeto te lo digo, acá lo que tienen que hacer es meterlos presos, pero a ellos, como cuando se hicieron los inmobiliarios más exitosos del país… ¿qué tiene que ver?... pero escuchame... qué hijo de puta... ¿vos sos boludo. José?... no pará, no te enojés, te lo digo con cariño…. José… hola… ¿se cortó?... José…

Parola presidencial K

Puede sonar raro, pero hablar de televisión ya no es solamente tema de conversación en la sala de espera del dentista, también es tema en los galpones de una maquila de textiles en Mercedez.

“Que se entienda bien compañeros, nacionalizar los medios no es estatizarlos”, dijo la presidente Cristina.

“¿Pero qué tiene que ver eso con el corte de listón a la nueva máquina que llegó?”, se preguntó por lo bajo uno de los reporteros acreditados por la comitiva presidencial.

La presidenta, otra vez en tono docente, que no es lo mismo que decente, dijo que la televisión tiene la culpa de que al país le vaya como le va. Nada tiene que ver el aislamiento en las relaciones internacionales, la falta de tratados de libre comercio, la diplomacia y la colaboración internacional para la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, no, la culpa de que en Argentina falte guita es de la televisión y de los periodistas acuartelados en las filiales porteñas de Fox News.

Y la presidente continúa diciendo: “Cuando el otro día, el viernes 15, festejábamos el 17 de octubre con todos los compañeros en River, la televisión se quejaba de que se habían cortado calles y que el tráfico era una caos. No informaban que éramos miles de personas rindiendo homenaje al mejor argentino de la historia: ¡el General Perón, compañeros y compañeras!”.

“¿Caos? ¿Quieres caos, la concha de su madre?”, en un estricto off the record dijo un allegado de la familia presidencial.

En el medio de todo esto, Cristina seguía dándole a la parola: “A mí no me van a venir a correr por izquierda o decir que estamos haciendo las cosas mal. Las cosas mal las hacen ellos, los que en los años 90 hicieron mierda al país. Nosotros estamos trabajando para la Argentina de todos, por eso el Fútbol para Todos es un hecho de este gobierno nacional y popular, compañeros y compañeras”.

“Y por eso van a hacer nacionalizar la televisión… ¿Y qué carajo tiene eso que ver con la fábrica y los despidos?”, le preguntó un empleado de la textilera a otro.

“No sé boludo, pero está bueno el chori que nos dieron”, respondió el otro.