jueves, 18 de noviembre de 2010

Centenario de la (R)evolución: La casa de los Serdán

La revolución mexicana no empezó el 20 de noviembre de 1910: arrancó el 18 en Puebla. Sí, esa es la nueva tesis de los opinólogos mexicanos. Bueno, más bien eso dicen los poblanos, pero no importa, la bolita está de su lado y ahora que la vengan a devolver. Obviamente, los académicos se opusieron a esta tesis, pero no importó porque, ¿quién sabe más de historia? Pues claro, los opinólogos. Y para dejarlo en claro, hicieron un simposio para hablar del centenario de la revolución.   
“Fueron los hermanos Serdán los que empezaron el revoltón que terminó siendo la revolución, exactamente hace 100 años”, reveló uno de estos opinólogos tan afamados en el mainstream de la academia mediática.
Con tantas cosas que se hablan hoy día sobre la revolución, esto puede sonar algo raro, pero todavía no está todo dicho sobre aquella gesta. Por eso, aunque muchos andaban diciendo que el hecho más importe descubierto a 100 años de la revolución es que Pancho Villa se fumaba ocho toques en la mañana, la tesis histórica de los hermanos Serdán es la que se llevó el premio a la controversia histórica. ¿Cómo que los hermanos Serdán empezaron la revolución antes que Madero?
Dos días antes del bombazo de Madero, madrugándose a todos los demás, Carmen, Aquiles y Máximo, es decir, los hermanos Serdán, detonaron el levantamiento armado en la ciudad de Puebla. "Cuál San Luís: la revolución tiene su somier en Puebla capital", fue el título de la presentación que hizo uno de los opinólogos. 

El antirreeleccionismo era importante en todo el país, claro, era el movimiento que traía a Panchito Madero como líder y principal financista. Pero en Puebla los hermanos Serdán eran los meros-meros y lo quería dejar en claro. Parece ser que, en el fondo, los Serdán, sobre todo Aquiles y Carmen, le tenían un poquito de envidia a Madero y por eso querían desencadenar la revolución antes que él. Pero la verdad, "el levantamiento del 18 fue más fortuito que otra cosa", fue una idea de las tantas vertidas en este simposio tan peculiar. "Y que Puebla fue la cuna de la revolución", me recordó el corrector de estilo de otro Blog amigo.
Entonces, allí en la casa que estaba, bueno que está y es museo, en la calle de Santa Clara número 6, se fraguó un levantamiento armando, "ora sí que de vanguardia". “Tenían fuscas, balas y gente dispuesta a morir por la revolución”, dijo uno de los opinólogos.
“Pues sí eran pocos, pero traían sed de gloria”, dijo otro disque especialista en la conferencia. Y agregó sin pelos en la lengua: “pero la hermana olvidada de los hermanos Serdán, Natalia, estaba rete celosa de que la gente dijese que esa era la casa de Aquiles”.
Parece que allí reside una de las causas del levantamiento anticipado de la revolución y de que los federales supiesen qué estaba pasando en esa casa ahora tan famosa. Y es que la casa de los hermanos Serdán, en realidad, era la casa que el esposo de Natalia, "la hermana mocha de los Serdán", había comprado cuando se arregló el casamiento entre los dos. El esposo de Natalia era un tipo cincuentón que, en su tercer o cuarto aire, había comprado el amor de Natalia y la casona de dos pisos que estaba junto al convento de las Clarisas.
“Natalia estaba que se la llevaba la chingada, lo sabemos por los testimonios de una nieta de una de las señoras que limpiaban las casa. Así fue que, la mañana del 14, Natalia se levantó y dijo, 'yastuvo', y fue al ayuntamiento, a dos calles de su casa, para denunciar todo el movimiento underground terrorista de sus hermanos”, dijo una de las opinólogas.  
Claro, imagínense que para Natalia, que era porfirista, tener que aguantar que Madero haga el mitin antirreeleccionista de Puebla en su casa, porque según todo mundo esa era la casa de Aquiles, era lo peor que le podía pasar. Por eso, la mañana del 18, cuando todavía faltaban dos días para el levantamiento revolucionario de los Serdán y su banda, un comando militar del gobierno llegó a la puerta de la casa de los Serdán y, sin tocar la puerta, empezaron a los tiros.
“Ni los hermanos Serdán ni los diez que estaban ahí adentro preparándose para, dos días después, empezar la revolución en Puebla, se esperaban la emboscada. Así que figúrense, el golpe fue devastador para estos guerrilleros embrionarios”, dijo otro de los opinólogo, que no descartó tener en cuenta la valentía de los Serdán.
Carmen fue la líder, porque cuando empezaron los tiros, con toda la furia, ella agarró el fusil y corrió a las escaleras para salir al balcón, "primero que nadie". Así, con sus hermanos por detrás, Carmen salió al balcón central de la casa y gritó “¡órale mexicanos, a chingar a su madre y a pelear por el antirreeleccionismo!”, dicen que arengó Carmen a los vecinos curiosos. “Ahí le dieron un tiro en el hombro y su carnal la jaló para adentro de la casa”, reveló uno de estos eruditos congregados en el simposio que tuve el agrado de asistir.
El tiroteo duró horas. Los militares, que eran varios destacamentos que venían marchando de los Fuertes, estaban entrenados, armados con todo, mientras que la banda que estaban resistiendo en la casa de los hermanos Serdán era justamente eso, una banda.

"Para la medianoche, en la azotea de la casa que en realidad era de Natalia y no de Aquiles, como luego-luego dicen que la gente del centro decía, los militares rompieron la puerta y se metieron a la casa" aseguró una opinóloga que casi siempre escribe con los pies.

"A los que no mataron, como a Carmen y, qué raro, Natalia, los arrestaron y los metieron presos. Pero no encontraron a Aquiles, que estaba escondido en un piso falso de la planta alta de la casa. No importó lo chingón del escondite, porque lo encontraron dos días después y lo mataron de un tiro en la pelona, justo cuando en San Luís y otros lugares del país la gente pensaba que estaban empezando la revolución", abundó otro opinólogo sobre los sucesos del 18 de noviembre de hace cien años.
En fin, el tema ahí está. La revolución empezó hace cien años un día como hoy, no pasado mañana. Hay quienes dicen que es para alargar el puente, pero nada de eso se confirmó en este simposio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario